Basándose en los típicos prototipos y topicazos de otras teleseries preadolescentes, al Écija se le ocurrió crear algo que, con el "fin del mundo" por medio, mostrase de una vez por todas lo que se vive en España. Ojo, y no lo digo por las "aventuras" que se suceden durante la trama, que de hecho tiene su enganche y su encanto, si no por la mentalidad y el comportamiento de los intérpretes, cuyos papeles en algunos casos quedan totalmente bordados, como es el personaje de Piti, es Luis Callejo en estado puro, sin pelos ni señales. Algunos totalmente sobreactuados, como el ya cansino Mario Casas y Juan Pablo Shuk, y el resto quedan básicamente aceptables. Algo que no trago en absoluto son los efectos especiales, que no se si se pueden llamar especiales a unos fotogramas mal encuadrados y poco realistas que parecen animados con hojas de papel o incluso movidos por hilos desde arriba. Aun siendo de lo más absurda, plagada de errores y con un sinfin de sinsentidos por todas partes, la trama llega a enganchar de verdad, provocando unas ganas inexplicables de ver el capítulo siguiente cuando se acaba el que ves. El guión, básico y con algunos defectillos, pero aquí no le veo la más mínima relevancia. Y cuidado con lo de confraternizar, no espereis escenas comprometidas o pornográficas explícitas, porque no hay, por mucho que se les ponga a estas series el estigma sexual de las narices. En conclusión, una serie interesante que a mi me ha enganchado y me hace pasar un buen rato, pero claro, sin esperar antes algo magistral ni espectacular al mismo tiempo que se muestra bastante bien lo que se suele vivir en cualquier barco escuela de verano. Interesante y totalmente visible.