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Voto de Piano y yo:
10
Intriga. Thriller El comisario jefe de la policía de Orleáns (François Périer) debe su privilegiada posición social a su rica e influyente esposa (Signoret), que lleva años postrada en una silla de ruedas. El comisario, con el conocimiento de su esposa, tiene una joven amante con antecedentes penales. Uno de sus principales comisarios (Montand), y que usa como arma un revolver Colt Pitón 357 Magnum, conoce a esa joven desconociendo la relación que ésta ... [+]
15 de mayo de 2022
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezemos pegando fuerte con esta crítica -golpe bajo, por el que me caerán muchos votos negativos en contra-:

Tanta fama tanta fama, Alain Delón y su gabardina en el Silencio de un hombre (1967 Melville), película ésta que solo me lleva a justamente mi propio silencio, -pues la resumiría diciendo que estoy de acuerdo con que Alain Delón es tan guapo y en esa película tan repetitivo como cualquier modelo de los anuncios siempre iguales desde hace décadas de Emidio Tucci y el Corte inglés, pero lo que es en si mismo el guión de El silencio de un hombre me parece un rollo gigantesco-, y resulta que los franceses de aquellos tiempos nos han dado, que yo sepa, una trilogía de obras maestras de cine negro, que serían para mí No toquéis la pasta (1954, Becker, con un tridente inigualable Jean Gabin, Lino Ventura, Jeanne Moureau), Hasta el último aliento (1966, Melville, inconmensurable de nuevo Lino Ventura), y la presente Policía Python 357 (1975, Corneau, con otro tridente magnífico Yves Montand, Simone Signoret y Stefanía Sandrelli). Que ganas tengo de ver La evasión (1960, Becker).

Empezemos con esta película: Dos hombres solitarios se aburren, ambos policías, el jefe (Francois Perier) cercano a la jubilación, casado con una ricachona medio inválida, pero más lista que el hambre (Signoret), tan hastiados el uno del otro, que hablan sin pudor de lo bien que les resulta a su relación el que el jefe lleve unos 8 años acostándose con una chica joven (Sandrelli), que lleva en Francia solo esos 8 años y que ambos esposos intuyen con acierto que la chiquilla tiene un turbio pasado de medio prostituta, -ahora decora escaparates de tiendas pero a altas horas de la madrugada-.

Un peldaño más abajo en el rango polícial, -que no en el de la soledad, pues está tan solo como su jefe Perier), Montand es el típico policía amante de su profesión, que vive en una especie de búnker, lleno de armas, y que vive con amargura su miserable sueldo mensual,, ¡como no, es obvio que le gustaría tener el nivel de vida de su jefe, -que mala consejera es la envidia!-, además de su poco éxito con las mujeres, que por lo visto viene de siempre.

El caso es que es conocerse Sandrelli y Montand, gustarse, y ya tenemos el follón montado, de manera que esta película es como un desprendimiento de tierra o nieve en la montaña, va creciendo y creciendo sin que nadie lo pueda parar. Desde el principio sabes que todo aquello no va a acabar ni medio bien.

Por debajo de Montand, otra pareja de policías, actores desconocidos para mí, también actúan muy bien.

Por si fuera poco, la película está trufada de objetos que los policías implicados van escondiendo, según van produciéndose los asesinatos, y que dan una importancia a la trama policial tan importante como podrían ser los objetos o pistas en la memorable Crimen perfecto (1954, Hitchcock con la más que bella y gélida Grace Kelly y el siempre fantástico Ray Milland, con las cartas de amor del amante de ella, las medias, el dinero en billetes pequeñas, las llaves de la casa), ahora sustituidos en Policía Phyton por el reloj regalado por A a B, que luego B regala a C, (como en la magnífica Madame de …, 1953, Max Ophüls), las fotos llenas de pistas que la hasta entonces solitaria y enigmática y a la vez alegre Sandrelli esconde en su casa, -inciso, frase memorable de Signoret a su esposo, Sandrelli cambió a A por B, o a B por A, porque simplemente le gustan los policías, y a mí me gusta Sandrelli, fin del inciso-.
El guión avanza, sin causar ningún tipo de aburrimiento, caída o desvarío, con más asesinatos obviamente, hasta llegar a un final donde nunca mejor dicho explota el drama (memorable las últimas escenas de Signoret, ver spoiler) y acaba en un aparcamiento vacío de un Carrefour, donde Montand se redime de haber sido el culpable de todo, o al contrario, de no haberlo sido (el que quiera saberlo, que deje de leer esta crítica, y como digo siempre, música maestro, encienda la televisión y la vea. (la tienen a día de hoy, en Filmin)

Posdatas varias: Otra gran película desarrollada en una comisaría es Brigada 21 (1951, Willam Wyler y un poderosísimo, como siempre, Kirk Douglas)
Alain Delon, perdóname, pero actuaste en mejores películas El eclipse (1962, Antonioni, con la bella Mónica Viti) o Rocco y sus hermanos (1960, Visconti y la también bella Claudia Cardinale). La de silencio de un hombre debiste dejar que la interpretara Luis de Funes o Cantinflas.
Que grande Signoret, tanto como en Las diabólicas (1955, Clouzot)
Y Que grande es el cine Querido José Luis Garcí y que magnífico eres tú y tu libro Noir, todo un decálogo y biblia del cine negro y tus películas de El Crack 1, 2 y 0.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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