La primera palabra que se me ocurre para calificar esta película es "simpática". Otras podrían ser: especial, inocente, curiosa,mágica, sin pretensiones, luminosa, espontánea... Una especie de cruce adolescente entre Mark Twain y Thoreau. Es cierto que hay mucho por pulir, pero eso no molesta demasiado. La trama tampoco está demasiado elaborada que se diga, pero, a cambio, los personajes brillan por sí mismos y los diálogos ofrecen momentos de un humor realmente chispeante y descarnado. Se nota bastante la cercanía del director al tema. También me ha gustado el tono algo elegíaco, una especie de rumor de fondo que apenas se nota, pero que está muy presente. En el fondo de lo que se habla es de un vano intento final por aferrarse a la magia adolescente, antes de ser mordidos por la serpiente y volvernos adultos y razonables.