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Voto de Local Hero:
6
5.5
2,855
Comedia. Romance
Corinne Jeffries, una mujer dinámica y atractiva, nunca ha superado la muerte de su marido Louie en un desgraciado accidente. A pesar de los años transcurridos, su amor por él sigue intacto. Cuando quedó viuda estaba embarazada y dio luz a Miranda, convertida ya en una hermosa joven. Desde entonces, tuvo el apoyo incondicional de Philip, el mejor amigo de su marido, quien siempre ha estado enamorado de ella. Cuando Louie murió, en el ... [+]
5 de marzo de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedieta ochentera con remarcados tintes romanticoides. De argumento inverosímil y rocambolesco, pero sencilla de ver y de seguir, con algunos buenos puntos graciosos y otros más bien ñoños. Aunque presenta unos inesperados giros de lo más estrambótico, al final acaba entreteniendo sin buscar mayores pretensiones.
Imponente la Sheperd, lo mejor de la película sin duda.
Imponente la Sheperd, lo mejor de la película sin duda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Fallo gordo: el irte tan tranquilamente a casa en mitad de tu fiesta-exposición, con la sala a rebosar de gente.
Otro fallo: que digan que de niña Miranda tuvo que ponerse aparato en los dientes, y cuando ya es adulta van y colocan a una actriz cuya dentadura no es precisamente lo que mejor destaca en su bello rostro.
De traca: que baje el ángel a la Tierra a ponerle a Downey la inyección del olvido, ¡22 años después!, ya tiene un trago... pero que encima el simpático querubín se quede y asista como expectante invitado a la boda, ¡eso ya no tiene precio, oiga!
Otro fallo: que digan que de niña Miranda tuvo que ponerse aparato en los dientes, y cuando ya es adulta van y colocan a una actriz cuya dentadura no es precisamente lo que mejor destaca en su bello rostro.
De traca: que baje el ángel a la Tierra a ponerle a Downey la inyección del olvido, ¡22 años después!, ya tiene un trago... pero que encima el simpático querubín se quede y asista como expectante invitado a la boda, ¡eso ya no tiene precio, oiga!