El relato es bastante fiel a los acontecimientos. El atentado contra el "carnicero de Praga", Heydrich, fue el único intento que tuvo éxito en toda la segunda guerra mundial de acabar con la vida de un alto dirigente nazi. El alto coste en vidas humanas producido por la salvaje represión como venganza por el hecho, sólo se nombra pero no aparece plasmado, como tampoco que el delator de la resistencia fue juzgado y ejecutado por traición en 1947. Con estas salvedades, la narración es bastante fidedigna. La misión fue suicida al no prever las consecuencias ni un plan de evacuación. La ambientación y la realización son bastante convincentes. Sobra la maldita manía de la cámara trepidante en los primeros planos, simulando un documental en vivo sobre la marcha.