El inicio de esta película es demoledor y nos avisa de lo que nos espera, en pleno desierto un perro se detiene a mear, de repente en el plano entra un carro tirado por burros y a continuación vemos un coche conducido por dos payasos a los que persigue la policía. Al final el coche se estrella justo en la frontera y los policías comienzan a discutir quien se encarga del fugitivo pues se ha estrellado justo contra un cartel que anuncia la frontera. Y ahí ya tenemos la primera sorpresa. A partir de esta buenísima intro, Mel Gibson nos conduce por su aventura en la cárcel mejicana de “El Pueblito” regalándonos una interpretación entre irónica y melancólica que engancha desde la primera escena. Pero una de las cosas que más sorprende de esta película es que lo que podría haber sido un duro drama carcelero se convierte en una película casi de humor (en las primeras escenas Mel hace que la policía abofetee al payaso muerto o se pone cigarrillos en las orejas para no escuchar los mariachis). Hay auténticas joyas en un trabajado guión al que hay que reprochar caer en algunos tópicos aunque consigue mantener la atención con bastantes sorpresas y excelentes diálogos (sobre todo para Mel y el niño). Mel Gibson está simplemente esplendido, un papel a su medida que borda. Una interpretación soberbia en la línea de “Payback”. Una película MUY entretenida, diferente e impredecible. Una de esas joyas que se escapan entre tanto blockbuster y película independiente. Hay que verla en versión original, en primer lugar porque la voz en off de Mel Gibson es fantástica, también por el cruce de idiomas (inglés y mejicano) pero sobre todo porque hay una escena donde escuchar a Mel Gibson imitando la voz de Clint Eastwood es una auténtica gozada. Una película más que recomendable. Una de las sorpresas del 2012. Posiblemente no pasará a la historia del cine, pero es una gozada de película y recupera al mejor Mel Gibson de todos los tiempos.