Lester Nygaard (Martin Freeman) es el protagonista de la primera temporada de esta serie con una duración de 10 capítulos, basada en la película homónima de los hermanos Coen estrenada allá por el año 1996. Eso sí, presenta una historia totalmente diferente, incluso ambientada en el 2006, eso sí comparte el contexto, algunas locaciones, además de algunos otros paralelismos que la verdad es genial dar con estos detalles.

Nygaard es un tipo un tanto dócil, siempre ha vivido bajo la sombra de otras personas, tiene un empleo regular, una esposa que no lo trata bien, su hermano es un tipo exitoso y para colmo, se topa con Sam Hess (Kevin O’Grady), el compañero de secundaría mató que aprovecha el encuentro para agredirlo. En el hospital conoce a Lorne Malvo (Billy Bob Thornton), un terrible criminal recién llegado al pueblo. La mesa está servida.

Como serie que le hace honor a la película, Fargo cumple a cabalidad, rápidamente se consolida como una serie de un gran nivel, Noah Hawley como guionista da grandes momentos y lo que es más importante, no teme tomar riesgos para llevar adelante su propuesta. Además que logra constituir grandes personajes, la evolución que alcanza Nygaard como lo sanguinario que resulta ser Malvo.

La violencia está presente a lo largo de los capítulos, se justifica y no molesta, aparte que está estilizada de muy buena forma. También entre ese paralelismo Film-Serie se logra transmitir muy bien el humor negro, aquí Hawley lo logra imitar a la perfección, cosa que no es nada sencilla, con esto logra presentar puntos altísimos. Entre ellos la estupidez de los personajes que muchas veces roza lo absurdo.

Al igual que como lo hacen los hermanos Coen, Hawley y el cuerpo de directores de los distintos capítulos logran tomar el contexto geográfico donde se desarrolla la trama, se apropian de este y le sacan el máximo provecho. El elenco es punto y aparte, enorme y virtuoso, cada quien hace un trabajo formidable: Freeman, Thornton, Allison Tolman, Colin Hanks, Bob Odenkirk y Keith Carradine.

Fargo no es una serie perfecta pero son muchos los detalles positivos como para pensar que los pocos negativos hagan tambalear el conjunto de la obra. Entre estos puntos bajos la exagerada representación de Malvo en algunos momentos y la inoperancia del cuerpo policial de Bemidji.