Valentín (Eugenio Dérbez) es un hombre que vive su soltería al máximo en Acapulco, con una vida loca y descontrolada es un mujeriego con pocas ganas de sentar cabeza y casarse con alguno de sus tantos “amores” de tantas nacionalidades y con tan diversos gustos.

La vida le cambia cuando Julie (Jessica Lindsey) una de sus tantas amantes de nacionalidad estadounidense, irrumpe en la comodidad de su casa para decirle que tiene una hija suya y de forma muy sutil le deja a la bebé para que la cuide y ella poder realizarse profesionalmente en su país natal.

Posteriormente el film se enfoca siete años después, Maggie (Loreto Peralta) vive esta forma una buena vida de fantasía con su padre, el cual trabaja como doble de acción de las grandes estrellas de películas en Los Ángeles.

A mi parecer lo mejor de No se aceptan devoluciones es la historia que presenta, bien presentada y desarrollada, quizá peca de exceso de sentimentalismo en muchos momentos, con el humor típico de Dérbez tan disfrutado por estos lares.

Sin embargo, lo más flojo también viene de Dérbez, y es en la dirección, a pesar de su experiencia en sus series para televisión, aquí en varios momentos peca de irregularidades, tomas innecesarias y algunas que se antojan incluso muy amateurs.

En términos generales estamos ante una película divertida, argumentalmente bastante sólida y que busca dejar un mensaje, es un producto entretenido.