La película se centra en Bea (Rose Leslie) y Paul (Harry Treadaway), una pareja de recién casados que van a pasar su luna de miel a una cabaña propiedad del padre de ella, lugar donde creció. El film inicia casi como si fuera una obra romántica, incluso hasta una comedia, donde la pareja destella alegría, amor y por supuesto, algo de sensualidad. Pronto el argumento se irá oscureciendo hasta un punto de no retorno, donde la brutalidad y el terror emerge.

El largometraje es el debut de la directora Leigh Janiak, el guion corre a su cargo junto a Phil Graziadei, un film con poquísimos personajes, cuatro en total, pero donde en realidad la pareja protagonista ya mencionada, es la que lleva todo el peso del film y de presencia en pantalla. Las actuaciones están bastante bien, sin embargo, el argumento es el que no logra cuajar, se vuelve escabroso, impactante a ratos, pero no termina de convencer.

De esta forma Honeymoon queda a medio camino, no logra establecer de forma efectiva todo el asunto paranormal que le rodea, se siente un tanto forzada y este quiebre entre la primera parte del film y la segunda se nota muy distante, exagerada e irreal. Y es que la idea de Janiak y Graziadei no es mala, la atmósfera que consiguen es de lo mejor, incluso algo de intriga cuando todo comienza a joderse, sin embargo, en términos generales se queda corta.