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Voto de Pedroanclamar:
9
Drama. Cine negro Burt Lancaster encarna a un famoso y ambicioso columnista que domina todo Nueva York a través de la información que habitualmente consumen sus más de 60 millones de lectores. Pero como todo el mundo tiene un punto débil: su hermana pequeña. Todo cambiará cuando ésta se enamora apasionadamente de un guitarrista de jazz y los instintos más básicos del periodista salgan a relucir. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo del cine noir tardío se expresa en la película de Mackendrick (1957), tanto en sus elementos discursivos, como el recurso de la ironía, como en los formales, entre ellos la ciudad inundada por la noche, la corrupción, la intriga permanente sobre una problemática intrincada y con una madeja que no se avizora hasta ya avanzada la trama.

Partamos por lo obvio, los personajes. La construcción y representación de éstos es impecable, al menos los protagonistas: Burt Lancaster interpreta a J J Hunsecker un columnista de periódico poderoso, imponente, manipulador y frío al jugar las piezas del tablero; Tony Curtis, por su lado, interpreta al agente de J J Hunsecker, Sidney Falco, manipulador también, ingenioso, irónico y ambicioso. Los movimientos parsimoniosos pero toscos e imponentes de JJ Hunsecker, así como sus rasgos y expresiones fisonómicas le dotan un halo de gángster que Lancaster sabe sacarle brillo. Sidney Falco, siempre a las faldas prometedoras pero angustiantes de JJ Hunsecker, resulta también un personaje muy bien construido, quizás el más interesante, al estar en una constante pugna interior y exterior es el personaje más complejo. Quiere llegar al poder, pero necesita acariciar la mano que le da de comer para hacerlo; titubea entre la inserción a las redes de la corrupción y mantenerse a distancia, pero siempre la sed de más lo empuja a las malas prácticas. Busquilla, intrépido, achicándse y victimizándose con quien debe victimizarse y achicarse, y agrandándose soberbia y manipuladoramente con los (las) que debe ser soberbio y manipulador, eminentemente mujeres.

JJ Hunsecker no resulta un personaje tan interesante como Falco, pues es el típico pez gordo, que hace y deshace, seguro de sí, sin temblores nerviosos al mover las piezas. Tanta es la seguridad en sí mismo que ni siquiera tiene titubeos morales como por momentos los tiene su agente, ni se cuestiona si su obsesión con su hermana será malsana. Si bien muy bien interpretado por Lancaster, no resulta un personaje interesante como Falco, repito, que está constantemente tensionado, buscando la naturaleza de los hilos de la madeja del poder. Las miradas desesperadas, apuradizas y por momentos ansiosamente sarcásticas de Falco transparentan a ese personaje desesperado por palpar al menos una astilla del timón. Mis felicitaciones a la construcción de ese personaje y su interpretación por Curtis.

Personajes menos relevantes, tienen igualmente interpretaciones más que dignas: Susie, la adolescente enamorada, de mirada perdida, dulce, tierna e inocente que de sobra sabe las maquinaciones de su hermano y que no cae en la relación insana que éste obsesivamente busca preservar; Steve Dallas, el músico probo, recto, "íntegro", como lo llamó Falco, siempre honesto y sincero, interpretado dignamente por Martin Milner. De todos estos personajes secundarios quiero resaltar a Harry Kello, interpretado por Emile Meyer. Guau qué personaje macabro, qué personaje que con pocas intervenciones deja en claro su labor con unas risotadas maliciosas y perturbadoras, viva imagen de la corrupción y el matonismo.

La música, representativa de una época que estaba llegando a su fin para dar pie a una década más contestaria, revolucionaria, crítica y reflexiva, adorna perfectamente bien el paisaje sonoro, más aún en momentos clave, como la batería de Chico Hamilton cuando agudiza unos platillos mientras Falco espera a Dallas desde arriba. La fotografía, sin ser brillante y sin ángulos sofisticados, cumple en su rectitud.

En síntesis, la recursividad de la ironía dentro de un guion ingenioso, poblado de metáforas que revisten la crueldad, falta de ética, de moral, de civilidad, así como la campante corrupción, hacen de esta película quizá una excelente muestra del noir tardío, con unas excelentes interpretaciones, y de seguro una dirección rigurosa que las supo encauzar.
Pedroanclamar
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