Esta película es una de las menores o menos conocidas de John Ford y no porqué lo merezca, al contrario. Es una excelente película que quizás no tiene el reconocimiento que merece por la falta de alguna estrella entre el reparto. La historia se centra en el consejo de guerra al que es sometido el sargento Rutledge (Woody Strode), acusado injustamente del asesinato de un superior, la mitad de la película es un drama judicial excelente, la otra mitad que se nos muestra a través de unos buenos flashbacks, es un gran western. Ford fue acusado de racismo en algunas de sus películas, en cambio en esta lleva a cabo un gran alegato en favor de la igualdad de razas. Es difícil incluso para Ford rodar algo a la altura de "Centauros del desierto", "La diligencia" o "El hombre que mató a Liberty Valance" pero esta película se le acerca bastante,nadie como él para rodar un buen western y enseñarnos una vez más el Monument Valley.
El teniente Camtrell (Jefrey Hunter) consigue defender con éxito al sargento Rutlege pero no acabar con el racismo, quizá algún día.