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España España · El Escorial
Voto de jfreyba:
8
Drama Sachi, Yoshino y Chika son tres hermanas que viven en Kamakura (Japón), en la casa de su abuela. Un día reciben la noticia de la muerte de su padre, que las abandonó cuando eran pequeñas. En el funeral conocen a la hija que su padre tuvo trece años antes y pronto las cuatro hermanas deciden vivir juntas. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando apenas llevas quince minutos del película, te encuentras con una escena de ésas que te cortan el aliento: el instante en que las tres hermanas, ya subidas al vagón de tren, invitan a la pequeña a ir a vivir con ellas es sobrecogedor. La niña da un paso adelante, parece que fuera a subir al tren en ese mismo momento, mientras dice: «iré». A partir de entonces, sabes que estás ante una gran película de un gran director.

La personalidad de la hermana mayor es tan marcada, tan madura y tan hermosa a la vez, que lo llena todo. Tiene rostro de joven y ojos de anciana, es impresionante. Ha hecho de madre antes de tiempo, ha criado a sus hermanas y se ha convertido en el alma de esa casa vieja, que sin ella –sus hermanas, en el fondo, lo presienten– sería un ataúd. El drama de su vida es que también ella ama a un hombre casado, como lo amó la mujer que rompió su familia. Pero, paradójicamente, esa debilidad la salva, porque la vuelve comprensiva. Sin esa flaqueza, habríamos tenido a una mujer intransigente e incapaz de perdonar. Toda una lección de humanidad.

La impronta de las estaciones en la película, marcada por los cerezos en flor, es la forma en que el inexorable paso del tiempo se vuelve hermoso. Y es que, en «Nuestra hermana pequeña», la fealdad es un tabú. Por el mismo motivo por el que las hermanas se niegan a ver los pies sin dedos del alpinista, hasta la muerte se vuelve hermosa en unos funerales que son pura armonía. Cuando uno de los personajes enferma gravemente, se omite pudorosamente tanto su estancia en el hospital como su fallecimiento. Pasamos al funeral y a los comentarios sobre una fotografía hermosa.

Un dato más respecto al paso de las estaciones: esa mañana invernal en que las hermanas comentan el frío que hace, sin necesidad de escenas con nieve o hielo, te hace sentir el frío como si estuvieras allí. Impresionante.

La música es una maravilla. No vas a tararearla al terminar la película; es imposible. Pero se queda dentro.

«No es fácil hablar con mis hermanas… sobre mi padre». Es el motivo que mueve toda la película. Estás esperando a que esa conversación, que una y otra vez se elude, tenga lugar por fin. Y, cuando eso sucede, no sucede de forma abrupta, sino, como todo lo que sucede en la película, de forma suave y natural.

Los retratos de las calles son maravillosos. Alguien ha comentado aquí, con razón, que acabarás deseando visitar Kamakura.

Por último, las demostraciones de afecto entre las hermanas se transmiten constantemente a través de los ojos. Prácticamente, no se tocan. Cuando, finalmente, tiene lugar un abrazo, estás en el clímax de la película. Y todo sucede con una suavidad y una finura magistrales.

Resumen, en una palabra, de «Nuestra hermana pequeña»: belleza. Nos hace falta.
jfreyba
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