Sorprendente y contundente crítica a la estructura social del trabajo en Corea del Sur cuando una persona se inicia. Es una película lenta donde los detalles son importantes y que está dividida en dos partes.
Recomiendo no leer la sinopsis de la película antes de su visionado, pues desvela partes del argumento que en una película de más de más dos horas no se deben desvelar.
La película habla sobre una persona concreta, una adolescente que empieza a trabajar en un centro de llamadas en un contrato de prácticas de condiciones miserables y cambiantes, pero a través de ese caso se va de lo específico a lo general. La película es una crítica a la estructura social que nos rodea donde cada personaje es un engranaje más, y los "malos" se justifican como personas que están cumpliendo con unas obligaciones de cara a que la sociedad marche sin problemas, respetando un statu quo que no debe ser tocado.
Cabe mencionar igualmente que no habla solo el drama de empezar a trabajar, sino también sobre la indiferencia a los demás en el día a día, y esto se muestra a través de escenas y detalles muy sutiles. Nos muestra la imagen de que cada uno está en su mundo no centrándose en el resto, y solo ante el golpe fuerte de un acontecimiento dramático recordamos que somos vulnerables y que como seres sociales que somos nos necesitamos los unos a los otros.
Muy recomendable y grata sorpresa esta película dramática, con actuaciones precisas y sin caer en un histrionismo carente de realismo.