No puedo evitar preguntarme quién ha cometido los crímenes en el pueblo, pero he llegado a la conclusión de que esa curiosidad morbosa de alguna forma te pone del lado de los perpetradores. El pueblo entero parece más interesado en echar tierra sobre el asunto y hacer como si no hubiese pasado nada, incluidos algunos perjudicados como pueda ser el médico. Y yo creo que lo más sano es hacer como el protagonista, dejarles flotando como puercos en su propia inmundicia y huir hacia un ambiente menos envenenado.

Probablemente nos pese esa necesidad de fábula hollywudiense en la que la realidad está perfectamente encuadrada en una introducción, desarrollo y desenlace con un mensaje aclaratorio que, sea esperanzador o no, al menos nos proporciona esa agradable sensación de que se ha cerrado un círculo y la vida tiene algo de sentido. En la vida real las cosas no son así y lo sabemos. La mayor parte de las veces las cosas parecen ocurrir porque sí. No hay buenos y malos, la supuesta víctima puede convertirse en verdugo si las circunstancias lo permiten.

En fin, como dijo un filósofo "Si miras largo tiempo al abismo, este acaba por mirar dentro de tí"