Una más que interesante ópera prima de Jaime Marqués, que supera y vence a todos los reparos y/o clichés que pueda tener el cine español.

Para empezar, es una película protagonizada por adolescentes, pero NO sobre adolescentes. Segundo, no está protagonizada por caras conocidas de series de televisión, que siempre son un reclamo para un público que consume dicho medio. Tercero, no utilizan reclamos de índole sexual para promover el film, ni tampoco tramas relacionadas con las drogas o el alcohol.

A partir de aquí, puedo afirmar que se trata de una historia más que interesante, aunque con trasfondo simplista, y que está rodada con maestría. Técnicamente, está muy por encima de la media.

El montaje es genial, simplemente. Resulta una película de una bella factura, ayudada también por la correcta banda sonora cargada de tintes dramáticos y clásicos. Además la dirección es brillante, por lo que nuevamente sorprende que se trate de una ópera prima. Clara demostración de que se puede hacer un buen film si se curran estos detalles, porque el guión no es nada del otro mundo (aunque es original, dicho sea de paso). Y la fotografía es enorme, hay un gran trabajo detrás.

Y por último, destacar la interesante interpretación de María Valverde, haciendo de pija y superficial con mucha naturalidad. Con Juan José Ballesta siempre me ha pasado un caso curioso… pienso que interpreta bien, hace muecas faciales correctas y su lenguaje corporal es más que decente, pero cuando habla… las escenas siempre pierden puntos. Su voz siempre suena artificial. Quizás su único gran papel hasta la fecha sea el de “El bola”.

Eso sí, los primeros planos y los contra planos entre los personajes son exquisitos… así como las miradas que se echan los dos personajes, demostrando la química que hay entre ellos.