Cuando lo primero que ves es la ciudad de Los Ángeles, ese pedazo de Lincoln y a Matthew Mcconaughey con chófer propio, uno intuye que la película puede molar bastante.

Lo de Matthew de un tiempo para aquí es impresionante, de un tío encasillado en las típicas comedias románticas (que hay alguna que me gusta bastante) a convertirse en un actor de primer nivel y con papeles geniales en la gran pantalla.

La peli está muy bien, con una trama bastante interesante y un ritmo que no decae prácticamente en ningún momento. En mi opinión, ese final podía haberse resuelto sin tanta vuelta de tuerca, pero bien.

Un gran reparto en el que destaco al propio Mcconaughey, a una buena Marisa Tomei y a William Macy. El que quizás defrauda un poco en su actuación es un joven Ryan Phillippe, una escena en pleno juicio que podría haber sido mucho más espectacular si él no patina.

Brad Furman consigue una obra notable en la que fue su segunda película. Para mí, la mejor que ha hecho.