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España España · Madrid
Voto de Chidori:
9
6.4
21,072
Animación. Drama. Musical. Infantil Cuando la sombra de la revolución se cierne sobre Rusia, Anastasia, la hija más joven de la familia real, apenas consigue escapar con vida. Años despúes conoce al joven Dimitri. Cuando se dirigen a París para reclamar los derechos del legado de Anastasia, se verán envueltos en una cruenta lucha contra el malvado monje Rasputín y su sicario, el murciélago Bartok. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2012
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los chavales que crecimos en los noventa tuvimos la gran suerte de vivir una gran época del mundo de la animación. Disney se lucía a cada año que pasaba y nos ofrecía peliculón tras peliculón, Pixar daba sus primeros pasos en el mundo del largometraje animado con Toy Story, Dreamworks Animation debutaba con su espectacular Príncipe de Egipto, Richard Rich ofrecía su particular y disneyana versión de El lago de los cisnes y la Warner también se subió al carro con La espada mágica. Películas con mil y un argumentos, sueños y aventuras que ayudaron a desarrollar la actual animación digital, que innovaron en todos los campos y que perduran (o deberían perdurar) en la memoria colectiva de muchos de nosotros.

En este cajón de sastre surge esta película, injustamente asociada con Disney. Digo injustamente porque, a pesar de que posea muchos de los rasgos propios de una producción salida de la casa del ratón, fue producida por la Fox. Fue muy sonado en su día el hecho de que consiguiera desbancar en taquilla a la cinta Disney de ese año, Hércules, y que éstos contratacaran restrenando en cines La Sirenita.

Sería injusto también no recordar a los directores, Gary Goldman y Don Bluth. En especial a Bluth, un maestro de la animación que en la década de los ochenta impresionó al mundo con historias de ratoncitos perdidos en una ciudad extranjera, de pequeños dinosaurios en busca de un valle encantado, de perros que van al cielo y de ratas viudas que buscan ayuda para salvar su hogar. Un hombre que tras los fracasos de Pulgarcita y El jardín mágico de Stanley muchos creían fracasado. Y sin embargo en 1997 apareció de nuevo con una cinta que retomaba uno de los grandes misterios del siglo XX adaptado al mundo animado. Anastasia no sólo poseía una animación magnífica, sino que mezclaba de forma espectacular dos conceptos aparentemente tan dispares como lo son la Europa de los años veinte con la magia, los brujos y las maldiciones. Los personajes parecían salirse de la pantalla de tan bien construidos que estaban (al menos los buenos, porque siendo sinceros Rasputín deja que desear como villano), y los secundarios y demás animalejos (Bartok, qué bichejo) no molestaban ni chupaban tanta cámara como lo hacían muchos de la competencia (no sólo Disney, véase por ejemplo el dragón bicéfalo de La espada mágica). Y la banda sonora, ¡qué música, señores! David Newman se lució con aquellas canciones (no sé vosotros, pero no conozco tía alguna de mi generación que no haya tenido escalofríos cuando los cuadros salen de sus marcos al compás de Once upon a December).

En suma, que estamos ante una cinta indispensable dentro de la animación noventera, una de las mejores obras de Bluth y digna competidora de aquella que por aquel entonces ostentaba el trono de la animación. Una película que, al igual que El príncipe de Egipto, se merece mucha más promoción por parte de su productora, para que no quede injustamente olvidada.
Chidori
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