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Voto de Juan Ignacio :
10
Drama. Romance Una mañana de invierno un maduro norteamericano y una joven muchacha parisina se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La pasión se apodera de ellos y mantienen relaciones sexuales en el piso vacío. Cuando abandonan el edificio, ambos se ponen de acuerdo para volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse ni siquiera sus nombres. (FILMAFFINITY)
18 de mayo de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul (estadounidense, 45 años) y Jeanne (francesa, 20 años) coinciden en un amplio piso antiguo, medio vacío y destartalado con el fin de alquilarlo. Desde ese momento comienza una serie de citas sexuales entre los dos en ese lugar que devendrán en un trágico final.

El tormento de un hombre destrozado por la pérdida de su mujer que cree poder rehacer su vida con la joven que casualmente ha encontrado y contra la que ha volcado toda la rabia de su dolor a través del sexo con el cual, primero la complace y finalmente la humilla. Una mujer asombrada por el deseo salvaje de un hombre hacia ella, algo que hasta entonces desconocía, que al sentirse acosada por él fuera del refugio sexual de ambos le elimina. No hay salvación, ni la puede haber, para él, que se hunde, en ella que rebosa vida.
        
Bernardo Bertolucci con esta su quinta película realiza su primera contemporánea al tiempo en que se rueda y no política. Fue su mayor éxito comercial hasta ese momento aunque rodeado de una polémica que aún perdura y con un interés fuera de lo cinematográfico que para muchos ha empañado la auténtica obra de arte que, para mí y muchos más, supone 'El último tango en París'.

El director italiano y coguionista junto a Franco Arcalli, arremete duramente en este filme, a través del personaje de Paul, contra la institución familiar, Dios y la educación. Película que trata sobre el erotismo y no erótica. Todo ello difícil de admitir por la sociedad burguesa encargada de digerirla aun en tiempos de un liberalismo moral mayor que en épocas anteriores y posteriores a su estreno.

Extraordinaria dirección de Bernardo Bertolucci, creando en todo momento una atmósfera perfecta, estrujando hasta la última posibilidad de crear arte en cada secuencia, colocando siempre la cámara en el mejor sitio posible. Memorables interpretaciones tanto de Marlon Brando como de María Schneider. Vittorio Storaro captó mágicamente esa luz amarillenta del atardecer de París, y la música y el saxofón de Gato Barbieri se hicieron mundialmente famosos.
Juan Ignacio
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