Partiendo de un tema interesante; como es la aparición de unos huesos que pueden pertenecer a Jesucristo, y pasando por los intentos de tapar este descubrimiento por parte del Vaticano y de terroristas israelís; tenemos aquí una película bastante mediocre que se alarga hasta el infinito sin provocar la más mínima intriga ni interés.

En ningún momento de la película me creo que Antonio Banderas sea sacerdote ni que le encomienden tal misión, por eso no me exraña que la ¿arqueóloga? se ría al verle con la sotana. Yo creo que ni en ese momento Banderas se enteró de que en esta película no estaba interpretando al Zorro.

La película es muy previsible y bastante aburrida. Quizá lo único bueno es su intención: diferenciar entre la fe en Dios y la Iglesia; y mostrar que aunque se pudieran desverlar ciertos misterios sobre la vida y muerte de Jesucristo, habría muchos intereses que harían lo posible por taparlos y muchos fieles seguirían creyendo lo que creían, sin cuestionar a la Iglesia. Pero para este fin hay libros, películas y videojuegos infinitamente mejores.

Totalmente prescindible.