Dies Irae es una película extremadamente sencilla que basa en esta cualidad su potencial como obra artística. Todo es simple en un buen sentido de la palabra: la trama es fácil, sin dobleces (a pesar de vuestro debate por mi parte veo clarísimo que el director trata de exponer la situación injusta y cruel de las mujeres en aquel contexto, se les podía acusar y sin ningún tipo de juicio justo castigar). Lo vemos en la primera mujer quemada, a la que torturan para que diga (no que confiese) lo que quieren oír y luego la matan, y lo vemos en la joven protagonista, que vive una vida de sometimiento y cuando encuentra la felicidad es acusada infantilmente nada más y nada menos que de asesinato por simplemente desear algo. La historia es casi como un cuento, y lo cierto es que por eso mismo los personajes están poco desarrollados (el cura abusador, la madre malvada, el príncipe – hijo hipotecado, la joven secuestrada) aunque no por ser simple el mensaje es menos potente. La gran mayoría de planos están acompañados de mensajes que apoyan la intención del director, con las sombras, los fondos, encuadres.
Sin embargo no me emociona, todo se hace tan frío que me parece estar en un museo viendo cuadros o escuchando alguien contar un cuento sin que me llegue a conmover.
Cine con mayúscula pero un cine frío y distante.