En los tiempos que corren y dadas las circunstancias, no se me ocurre otra forma mejor de representar un viaje en familia tan estúpidamente divertido. Toma el relevo generacional de John Hughes y Harold Ramis, lo versiona y lo refrenda utilizando a Chevy Chase como puente de enlace con la original pero con el humor que más de una generación neófita del presente -y quién sabe si del futuro- demanda. Todo es rocambolesco, grotéscamente exagerado y lleno de chistes y gags sexuales demasiado obvios... pero la volvería a ver encantado. Puede que me pillara con las defensas bajas o tal vez sea mérito de ella misma, pero la verdad sea dicha, me he reído mucho con esta singular familia. La gracia de Helms y Applegate queda fuera de toda duda al mando de esta comedia disparatada, secundados por un reparto con apariciones puntuales que hace todavía más extensible el esperpento.
No busquen humor refinado por ninguna parte. No lo encontrarán. Por descontado es predecible, tosca y un montón de cosas más que se van viendo en cuanto la cinta echa a andar, pero como diría el maestro Gila... y lo que me he reído.