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Voto de John Dunbar:
10
Serie de TV. Drama Serie de TV (2008-2014). 7 temporadas. 92 episodios. Serie centrada en un club de moteros (MC) que operan ilegalmente en la ciudad ficticia de Charming (California). La historia se centra en el protagonista, Jackson "Jax" Teller (Charlie Hunnam), un joven miembro de la organización, con rango de vicepresidente, que comienza a cuestionarse sus propios actos y los de su club. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hecha del viejo espíritu rebelde a lomos de una Harley, con tintes de crónica del más feroz crimen organizado, revestida de los cánones más violentos que demanda una serie moderna, muchas de ellas, al menos. Hijos de la anarquía es nombre de club, de marca registrada, familia y negocio al tiempo. Una forma de vida en sí misma, con motos y chupas de cuero bordadas, tatuajes y mucho alcohol, y una permanente sensación de que mucho pasa para tan poco espacio. Nada acontece en una gran metrópolis sino en Charming, pequeña localidad imaginaria en donde solo un estilo de vida semejante podría tener cabida. El entorno apropiado en el que no han de circular viejos Cadillacs conducidos por clanes mafiosos de apellido italiano, sino motocicletas marca Harley-Davidson pilotadas por tipos rudos de aspecto desaseado. Cualquier paralelismo entre unos y otros, es una realidad.
La vida, es decir la serie, gira alrededor del club, sus negocios clandestinos, las luchas internas y aquellas que mantienen con bandas rivales. Funcionando como un pequeño ecosistema, un clan de lobos en pugnas constantes, lleno de trampas en el camino, rivalidades, idas y venidas varias, encuentros y encontronazos, amor y odio, siempre prometiendo emociones fuertes. Paz poca. En el largo e intenso camino que se recorre mucha de la agradecida tensión es obligadamente puesta sobre el macho alfa que ha de dominar esa especie de manada, el presente y el futuro, ideas contrapuestas que presentan múltiples problemas en fondo y forma. En esa pequeña sociedad al margen de la ley (y bajo su complicidad cuando corresponde) no hay sitio para nada que no responda a la frase vivir deprisa, morir joven y dejar un bonito cadáver.

He disfrutado con ella inmensamente. La echo de menos. Echo de menos a todos y cada uno de sus miembros, respondiendo al nombre de su apodo o diminutivo como seña de identidad que te hace ser parte de un todo. Y eso es precisamente lo que consigue, lo que hace de ti con su rebeldía y su espíritu libre: que te identifiques con su personalidad, ser afín, acertando a idealizar lo que es descarnado, haciendo de su ritmo de vida y su estética un gancho del que querer formar parte. A su manera, ha conseguido que me sienta como una pieza integrante más de la banda durante siete fascinantes temporadas, que anhele tener una de esas preciosas Harley, arrancar, abrir gas y dejarme ir por una de esas largas y solitarias carreteras californianas, mientras suena en mi cabeza mismamente 'This life', su sintonía.
John Dunbar
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