-Todo es una cagada en esta cinta de Petersen obsesionada por mostrar imágenes espectaculares y dar comercialidad a una trama ya de por sí estúpida. Para empezar, la narración está contada con un ritmo plano y tedioso, aunque no se hace aburrida. Por otra parte, Petersen transforma la que podría haber sido una buena película de suspense en un farragoso espectáculo de acción para que solo brille Harrison Ford, cual Indiana Jones con trajecito y corbata y cambiando el látigo por una metralleta con la que matar a sus anchas estilo Rambo.
Los procedimientos de los secuestradores dan risa y el final es para descojonarse. ¿Comedia subliminal? Podría ser.
Tan solo la banda sonora y ciertas actuaciones estén a la altura de este mediocre film que debería haber sido mejor.