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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Western Guerra Civil americana (1861-1865). Las caballos que necesita urgentemente el ejército de la Unión son sistemáticamente robados por cuatreros que los conducen al Sur. Se llega a la conclusión de que dentro del fuerte debe haber necesariamente un traidor. Aunque la manada que conduce el capitán Lex Kearney (Gary Cooper) sigue una ruta que nadie conoce, son de nuevo atacados por los cuatreros y tienen que retirarse. A continuación, ... [+]
3 de septiembre de 2020
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En plena guerra de Secesión el capitán Lex Kearney (Cooper) es degradado y expulsado con deshonor del Ejército de la Unión, entre el desprecio de los soldados y la vergüenza de su esposa y de su hijo. Dando tumbos acaba engrosando las filas de una banda de cuatreros que birlan a los unionistas sus caballos para luego venderlos a los confederados.
Es entonces, a mitad de película, cuando te enteras que Lex es un espía infiltrado entre los cuatreros para averiguar quien, dentro de su Ejército, pasa la información confidencial de las rutas que siguen los conductores de sus caballos. O sea, que tenemos ya el contraespionaje en el Oeste.
Lo cual nos parece no solo una idea interesante y original del guionista, sino también brillante. Lo que ocurre es que las cintas de espías necesitan un cierto sosiego en su desarrollo, dando tiempo y pistas al espectador para que dude o para que plantee sus propias hipótesis. Es necesario asimismo un mínimo análisis de los traidores para justificar sus motivaciones (económicas, ideológicas, etc.) Nada de esto ocurre en la obra, donde todo es demasiado rápido para nuestro gusto. Es cierto que en hora y media es difícil meter las consabidas escenas del fuerte, saloon, peleas (malas en este caso), cabalgadas (preciosas las de las manadas de caballos), amorosas (aquí brillan prácticamente por su ausencia), etc.
Tal vez haya que ver la película varias veces para comprender los bruscos giros que sigue la trama del espionaje para entenderlo bien, pues nosotros nos hemos perdido varias veces y la hemos seguido con atención. Para rematar la complicación aparece a última hora, además del robo de caballos, la presencia de un nuevo rifle Springfield, que justifica el título original de la cinta, que también quieren llevarse los sudistas.
Todo un lío que desmerece la originalidad del planteamiento inicial. En cualquier caso recomendamos ver la cinta sobre todo a los aficionados al western, eso sí con mucha atención.
Original también es el castigo que propina Lex, buen amante de los caballos, a un cuatrero que maltrataba al suyo. Después de despacharlo con unos mamporros, ni corto ni perezoso le raja las nalgas con su cuchillo para que no vuelva a montar. Cortes que le cosió un compañero con el mismo hilo y aguja que luego usó para coserle los calzones. Por cierto, muy bien cosidos.
Lafuente Estefanía
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