Ni tampoco cine espectacular que llene las salas, ni hubieran podido construirse las grandes catedrales de la Edad Media. Como canta Charol, efectivamente, sin dinero no hay rock and roll.
Y lo vemos perfectamente en la cinta. Perdido el crédito de los bancos por un gran productor de Hollywood, Jonathan Shields (Douglas), sabe que solo puede recuperarlo para su próxima película contando con el mejor director, guionista, productor y actriz. Lo malo ... lo malo es que precisamente los mejores, Fred (Sullivan), Pebbell (Pidgeon), Lee (Powell) y Georgia (Turner), sus antiguos amigos a quienes elevó al estrellato, fueron en su momento utilizados y manipulados por él en su búsqueda del perfeccionismo y por su rabioso egocentrismo.
No es un buen título este de "Cautivos del mal", mejor hubiera sido llamarla sencillamente "Cautivados". Sí, cautivados.
Cautivados quedamos todos los aficionados al cine que ignoramos los entresijos de esta industria cuando nos la muestran al desnudo desde dentro. Una especie de manta de la que todos tiran hacia sí. "Montaje, montaje, montaje. ¿Dónde queda el argumento?" se queja el guionista. Le responde el productor "No quiero conquistar laureles, quiero una película que acabe con un beso y deje mucho dinero". El director novel mientras tanto porfía harto de "remiendos de segunda mano" y aspira a "una película de verdad".
Cautivados, seducidos por la magia de las grandes actrices, por el glamur de su vida sentimental, "El amor es para los chiquillos", amor no siempre correspondido, "Nunca serás una estrella en un cementerio".
Cautivados por esa fórmula mágica que pocas películas alcanzan, "Un guion preparado por un productor y que gusta al director". El caso de "Cautivos".
Cautivados ... hasta por el papel que están llamados a jugar los figurantes, 11 dólares por asistir al entierro del padre de Shields, "Siempre vivió rodeado de gente, no podía permitir que lo enterraran solo". Genio y figura.
Cautivados por Kirk en una de sus más soberbias interpretaciones. Un personaje rico en matices, egoísta y manipulador, sí, ya se ha dicho, pero también un productor que sabe exprimir al máximo el talento de los que lo rodean para quien "Producir una película es como cortejar a una dama". Una vez conquistada ...
Cautivados por la dirección de Minnelli, sin aspavientos, sin divismos. Y es que como también escucharemos, "Para dirigir una película hay que tener humildad".
Cautivados, en fin, por el guion, fraseado, interpretaciones, vestuario, ambientación en los platós. Por todo.
Una cautivadora película que recomendamos a todos sin excepción.