Imaginen un típico telefilm sobre el secuestro de un niño, pero en este caso el chavea está medio camino entre Danny Torrance ("El resplandor") y Damien ("La profecía"). Los protagonistas, captores del tipo "ellos-no-querían-hacerlo" que sienten cierto apego por el chico al presumirle indefenso, tardan demasiado en darse cuenta de la naturaleza inhumana del pipiolo, quien no tiene tanta ganas de libertad como de venganza.
Caras conocidas de la tele (Sawyer de "Perdidos", Sara Tancredi de "Prison Break"), con interpretaciones al uso y final pobretón que resta interés al aceptable conjunto del film.
Lo mejor, los inquietantes dibujos que hace el "prenda" en la pared.