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Argentina Argentina · BOULOGNE
Voto de EKELEDUDU:
9
Comedia. Drama Durante un desfile navideño organizado por los grandes almacenes Macy de Nueva York, el hombre que encarna a Santa Claus es sustituido porque se encuentra indispuesto. Un anciano llamado Kris Kringle es contratado para el trabajo, pero todo se complica cuando asegura que es el auténtico Santa Claus. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que no pasa Navidad sin que Hollywood nos castigue lanzando una película que es siempre la misma, eterna y aburrida, o parte al menos de la misma premisa: Santa Claus (Papá Noel, en Argentina) existe en el mundo real. Sin embargo, suele suceder, la que inició el fenómeno era (es) una muy buena comedia fantástica, que en Latinoamérica se conoció como MILAGRO EN LA CALLE 34, y digamos de paso que el mayor milagro fue en realidad que dicho título fuera fiel al original, MIRACLE ON 34th STREET: no sucede muy a menudo. Claro que el milagro, en la ficción cinematográfica, es de índole bien distinta: es época navideña, y cuando Doris Walker (Maureen O'Hara, empleada de cierta categoría en los almacenes Macy's en Nueva York, descubre que cierto empleado que debía personificar a Santa Claus está más borracho que una cuba, emplea, para sustituirlo, a un tal Kris Kringle (Edmund Gwenn, quien por este papel recibió el Oscar en el rubro Mejor Actor de Reparto), un anciano que está convencido de ser el auténtico Santa Claus y se muestra indignado por la embriaguez de quien asumió la tarea de representarlo. Ahora bien, el desempeño de Kringle como Santa Claus en Macy's demostrará ser poco ortodoxo, ya que no vacilará en remitir a la gente a la competencia si sabe que en ésta hallará el juguete que no encontraron en la tienda. Pero esa actitud cautivará a la clientela, persuadida de que Kringle obedece órdenes de los dueños de Macy's y que éstos, infundidos por el espíritu navideño, prefieren anteponer la felicidad de los niños a eventuales subas en las ventas. Pero de hecho, al expandirse la noticia, los clientes premian esa hipotética generosidad comprando más en Macy's.

Simultáneamente, Susan, hija de nueve años de Doris, empieza también a persuadirse, como muchos otros, de que contrariamente a lo que su madre le inculcó, Santa Claus existe y es precisamente Kringle. Pero la propia Doris, en el mejor de los casos, considera a aquél un enajenado mental, y de hecho cierta cadena rival de Macy's intentará demostrar que lo es.

MILAGRO EN LA CALLE 34 (no me acostumbro al otro título) es un entretenido y divertido clásico del blanco y negro, ingenuo, sí, pero de una ingenuidad agradable, llevadera y, por qué no, encantadora si no se consume en exceso. Seguramente, Hollywood seguirá sacando infinitas copias, recopias y recontracopias de la buena idea que esta película supo capitalizar. Cerremos los ojos a ellas para no odiar al original... Que, por cierto, no merece las silbatinas con que sí merecen ser castigadas sus burdas imitaciones.
EKELEDUDU
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