La estructura argumental es sencilla, tres jóvenes estudiantes de arte en Roma se hacen amigas de una de las modelos que pintan, la cual les invita a irse a un apartado lugar a relajarse, el mismo albergue que ya visitamos en la primera parte... lo que ellas no saben es lo que allí les espera, la tortura sin fin vendida al mejor postor.
Esta secuela profundiza más en el carácter de los personajes principales, las tres jóvenes, haciendo al espectador empatizar más con ellas, igualmente toca la psique del grupo torturador, los asesinos, mostrándonos sus motivaciones, su modo de llegar hasta las jóvenes... todo en Hostel II tiene una explicación más exhaustiva que en su predecesora.
Igualmente las escenas de tortura están más cuidadas, son más salvajes... personalmente me pareció bestial el homenaje que el director le brinda a Elisabeth Bathory en una de las escenas, que si no la más salvaje, sí es la más creativa y visualmente cuidada.
Por todos estos motivos, y aunque la ausencia de originalidad le resta fuerza al proyecto, considero que esta es una de las pocas secuelas en las que se mejora la calidad del original y que merece la pena ver para pasar un "buen" rato.
Enoch