Europa vuelve a dejarnos otra propuesta intimista que nos relata a dos almas solitarias que acaban cayendo en la curiosidad de conocerse y en dejarnos una bella historia humana.

La película es de ritmo lento, no apto para todos los paladares, y sinceramente, es algo a su favor que sea de corto metraje y que el viaje sea breve pero dejando un buen poso. La cinta retrata de manera formidable la soledad además del desconcierto y miedo de los dos personajes en sus encuentros queriendo no tratar preguntas y temas íntimos mezclándose con la sutilidad y los silencios que pueblan la mayoría de sus imágenes.

Unos personajes delicados y maravillosamente interpretados por el notable Stephen Rea y una espléndida revelación llamada Lotte Verbeek dan totalmente la forma a este interesante retrato íntimo de dos individuos solitarios que tienen miedo de querer conocerse más.