Muschietti traslada su famoso cortometraje a el largo en esta producción hispano-canadiense manteniendo la idea original y apostando por una forma visual más que interesante.

La película comienza con gran ritmo y de manera brillante prometiendo algo más que sustos al uso. Sin duda la utilización en las escenas más terroríficas de planos secuencia y planos fijos dan una personalidad que ya vimos en el cortometraje original y que aporta savia nueva al género de terror, igual que hizo James Wan con Insidious (2011).

La película no es solo interesante en el ámbito de puesta en escena y de género, sino que tiene una fuerte idea al amor a la figura de la madre y a sus criaturas; que llega a su catarsis en un dramático final realmente emotivo y muy del gusto de Guillermo Del Toro, productor del filme y padrino de la propuesta. La cinta tiene además la siempre agradecida presencia de Jessica Chastain que lleva el peso interpretativo del filme.

Una película que hay que decir que decae en algunos instantes (cortos) al meterse en el terreno más de investigación que el terror contemporáneo ha sobre-utilizado y que hace que recordemos más sus notables escenas de puro terror.

Una película que emociona y que mantiene la más interesante propuesta hacia el género que encontramos en los mejores trabajos de terror vistos estos últimos años. Muy recomendable.