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Voto de Frank Booth :
8
2020
8.2
15,863
Serie de TV. Documental
Miniserie de TV (2020). 10 episodios. Docuserie repleta de material inédito de la temporada 1997-98 , que muestra la carrera del legendario baloncestista Michael Jordan, uno de los mayores iconos del deporte de todos los tiempos, y su trayectoria con los Chicago Bulls en los años 90. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Last Dance” va mucho más allá de ser un superficial documental sobre baloncesto, y hasta de ser un holgado homenaje a un equipo inolvidable de la historia de este deporte. Aquí no solo nos encontramos con la típica moraleja de la consecución de los objetivos mediante el esfuerzo, el talento y el sacrificio mutuo. El ultimo baile es un meticuloso libro de instrucciones de cómo se crea un mito, y consecuentemente narra las hazañas de Michael Jordan como si las de un Dios Griego se tratasen.
A pesar de sus objeciones argumentales, la cuáles repasaré en el apartado del spoiler, hay algo fabuloso en la edición del relato, que me produjo una sensación permanente que me incluye en los éxitos y fracasos del equipo, como si hubiera formado parte de aquel staff técnico de los Bulls de los 90.
A pesar de sus objeciones argumentales, la cuáles repasaré en el apartado del spoiler, hay algo fabuloso en la edición del relato, que me produjo una sensación permanente que me incluye en los éxitos y fracasos del equipo, como si hubiera formado parte de aquel staff técnico de los Bulls de los 90.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Michael Jordan es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos y quizá el mayor deportista. Sin duda habría debate acerca de está afirmación, respeto de solo el baloncesto podríamos decir que hay jugadores que nos gustan más o menos según nuestro criterio personal o que simplemente no se pueden comparar unos con otros por la evolución de juego a través de los años. Respeto de la segunda afirmación podríamos llegar a justificar que hay deportistas que han sobrepasado su figura por el hecho de que han causado una trascendencia social más importante -por ejemplo, Mohamed Ali- o por crear un mito cultural más global como podrían ser los casos de Messi, Maradona o Pelé. Sin embargo, creo que el documental pone de relieve que la narrativa en el caso de Michael Jordan es básicamente insuperable, no solo por el talento puro que tenía el jugador y su toma de decisiones en los momentos clave de su carrera, sino por la enmarcación de una psicología sobrehumana y creada solamente para competir, el asesinato de su padre, la revolución en el mercado internacional deportivo, las diferentes retiradas, la universalización concreta de este deporte y la fascinación mitológica por su entorno en dónde nada parece ser casualidad.
Es precisamente Michael Jordan el objetivo de esta crítica ya que el relato no solo orbita entorno de su figura sino también de su censura. Esto causa que cuándo la miniserie se centra menos en el baloncesto y más en los aspectos amarillistas que envuelven el mundo del deporte profesional no aparezcan figuras como su ex mujer, o que la presencia de sus hijos sea meramente anecdótica. Y que cuando hablamos de baloncesto ni siquiera conozcamos todos los integrantes del equipo mítico del 98. También produce que, aunque Jordan a veces nos sea presentado como un antihéroe siempre es justificado por el bien de la victoria colectiva, hecho que no sucede con muchos de sus rivales con los cuales no mantienen ninguna afinidad personal como Karl Malone, Clyde Drexler, Charles Barkley o Gary Payton. Hecho injusto porque algunos de ellos tuvieron una trascendencia importantísima en la NBA.
Para resumir, es una serie fantástica, porqué tiene los ingredientes fundamentales para ser un documental memorable, ya que cuenta hechos que parecen imposibles que hayan sucedido y porque además encumbra con honores la figura del deportista como leyenda cultural cuyas decisiones cambian la historia general y la forma que tenemos la sociedad de entender los mitos, pero un título más apropiado para la saga hubiese sido “Jordan y sus amigos” o apropiándome de una expresión del recordado periodista Andrés Montes “¿Por qué eres tan bueno Michael?”
Es precisamente Michael Jordan el objetivo de esta crítica ya que el relato no solo orbita entorno de su figura sino también de su censura. Esto causa que cuándo la miniserie se centra menos en el baloncesto y más en los aspectos amarillistas que envuelven el mundo del deporte profesional no aparezcan figuras como su ex mujer, o que la presencia de sus hijos sea meramente anecdótica. Y que cuando hablamos de baloncesto ni siquiera conozcamos todos los integrantes del equipo mítico del 98. También produce que, aunque Jordan a veces nos sea presentado como un antihéroe siempre es justificado por el bien de la victoria colectiva, hecho que no sucede con muchos de sus rivales con los cuales no mantienen ninguna afinidad personal como Karl Malone, Clyde Drexler, Charles Barkley o Gary Payton. Hecho injusto porque algunos de ellos tuvieron una trascendencia importantísima en la NBA.
Para resumir, es una serie fantástica, porqué tiene los ingredientes fundamentales para ser un documental memorable, ya que cuenta hechos que parecen imposibles que hayan sucedido y porque además encumbra con honores la figura del deportista como leyenda cultural cuyas decisiones cambian la historia general y la forma que tenemos la sociedad de entender los mitos, pero un título más apropiado para la saga hubiese sido “Jordan y sus amigos” o apropiándome de una expresión del recordado periodista Andrés Montes “¿Por qué eres tan bueno Michael?”