Tener serios problemas económicos, caer en quiebra, vivir el peor día de tu vida, y que justo ese mismo día un cliente de la cafetería en que trabajas que no puede darte propina te diga que, para compensar, volverá al día siguiente a compartir contigo la mitad del billete de lotería que acaba de comprar, en caso de que sea el boleto ganador. Algo que de solo oírlo suena irreal y hasta absurdo, pero increíblemente esa noche el boleto del cliente es el favorecido y al día siguiente vuelve a la cafetería a cumplir su promesa.
Esa es la historia de la camarera Yvonne Biasi (Bridget Fonda) y del bondadoso oficial de policía Charlie Lang (Nicolas Cage). Que a partir de esa increíble promesa cumplida tendrán que afrontar una serie de contratiempos, siendo el principal, la desagradable esposa de Charlie, Muriel.
Rosie Pérez es genialmente odiosa y Bridget Fonda interpreta divinamente uno de los personajes más dulces que he visto en una película; Nicolas Cage por su parte, aunque no me guste como actor, reconozco que en esta ocasión esta aceptable.