¿Se acuerdan de aquel John McClane que aparecía en "Jungla de Cristal 3" hasta el culo de jaqueca postborrachera y con pinta de oler que apestaba a chotuno? Un tío excedido en abusos y falto de sueño, con camiseta de tirantes resudada y de aspecto tan untuoso como los pelos de su pecho y sus sobacos. Pues recuerden a ese hombre y propónganse hacer una mala copia del mismo para revenderla por cuatro duros en el Top Manta de cualquier paseo playero. Así obtendrán al Bruce Willis de esta peli de Richard Donner. Una película del montón para que el actor norteamericano haga uno de sus papeles del montón en un producto sin demasiada sustancia ni suficiente punch para que tenga trascendencia alguna. Y es que aquí las cosas suceden como suelen ocurrir en las historias de polis corruptos con mucho que esconder y más aún que eliminar. Una suerte de buddy movie sin la gracia ni la chispa de aquella tercera entrega de la saga de "Jungla de cristal", con un Bruce con más pinta de haberse levantado de la siesta que de estar en plena desfrontalización por exceso de revoluciones y con un negro acompañante que ni se acerca ni se espera que se acerque al rodillo de Samuel L. Jackson. ¿El resultado? Pues algo para pasar el rato y olvidar.

No sé si reírme o llorar viendo al bueno de Willis proteger a su compañero como una especie de Schwarzenegger programado para no se sabe muy bien el qué, para beneficio de un desagradable preso chistosete que tiene de John Connor lo que yo de astrofísico, lo que siguiendo el símil con el rollo Terminatoriano podríamos decir que desemboca en el pasotismo hacia el que pierde su culo por el tuyo y donde nadie parece prestarse a soltar un buen "Sayonara baby", ni a apoyar a su compañero con un "Confi, tío". Dan ganas de mandarlo todo a tomar por culo y que cada barco se aguante su propia vela. ¿Saben cuando un actor te está produciendo mal humor y te está cayendo gordo su papel? Pues ese es Mos Def aquí. ¿Y saben cuando una estrella de Hollywood peca de estar actuando con el piloto automático y no está dándolo todo? Pues ese es Bruce Willis aquí. Completan el elenco un David Morse en su típico papel de toda la vida de secundario de toda la vida y un grupo de polis corruptos de relleno para que los tiros puedan venir de más lugares de los esperados.

No sé. En el fondo es una tontería a la que se espera pero que en realidad no está ni tiene demasiadas ganas de estar. Más o menos la ves venir en uno de esos contextos de pelis predecibles con guion facilón y mil veces sobado con mejor gusto. No desespera pero ni muchos menos levanta pasiones. Se deja ver.

LO MEJOR:
- Te hace pasar el rato sin querer hacerse notar demasiado.
- Que no dura mucho. Ideal para cuando quieras algo breve y raso.

LO PEOR:
- El preso me cae gordo.
- A Willis le veo algo vaguete.
- No aporta gran cosa.