-La herramienta más usada era fomentar el miedo al infierno y los remordimientos para que la gente fuera virtuosa y manejable.
-Morir en pecado mortal era ir directo al infierno para toda LA ETERNIDAD.
-En materia sexual no había pecados veniales todos eran mortales desde un pensamiento impuro hasta la masturbación que además te volvía loco, decían.
-La actividad sexual solo es lícita dentro del matrimonio.
-Los matrimonios deben ser castos e indisolubles. La puerta de escape es la nulidad que es peor que el divorcio pues éste reconoce al menos que se estuvo casado.

Bienaventurados quienes no les afectaron este periodo por no ser creyentes o siéndolo se atrevieron a pensar por su cuenta.
Compasión para quienes les afectó de lleno y no supieron o no pudieron liberarse a tiempo e incluso necesitaron ayuda psiquiátrica por no saber manejar su sexualidad.
Los sacerdotes unas víctimas más. Son muchos los que colgaron los hábitos.
La Iglesia Católica ha demostrado una ignorancia suprema sobre sexualidad y encima se ha atrevido a montar un código de moral sexual aberrante. Esa ignorancia hace que el dolor que se provoca el protagonista con alambre de espino no consiga reprimir sus impulsos sexuales.
La escena de la castración sobra. La Iglesia ya condenó a Orígenes (185-232) por haber hecho lo mismo.
¿Cómo era posible que la gente creyera en todo eso? Era posible cuando no había otros conocimientos para contrastar debido al control de los medios por parte del Estado y de la Iglesia.
Hay un principio universal: AMAR AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO y este principio sirve para medir y puntuar a todas las religiones e ideologías.