Como la Joven Margaret Roberts: una chica estudiosa e inteligente poco tomada en serio.
Ya casada cuando se presenta a la presidencia del Partido Conservador siguiendo los principios que le inculcaron en el seno familiar.
El trampolín hasta postularse como primer Ministra Británica está clara e inteligentemente presentado. Su sombrerito celeste caminando entre cientos de trajes oscuros, sus intentos de intervenir en un debate parlamentario sentada al final de una fila de sillas y le impedían hablar aunque tuviera algo interesante que proponer, aunque la apariciòn de una luz de emergencia cuando surge un corte de luz en el debate y que provenìa de su carterita femenina, de las que siempre llevan algo por si las dudas, muestra que las cosas empezaron a cambiar en la mentalidad de estos señores.
¿Qué persona alguna vez no se sintió ninguneada (valga el neologismo) cuando tiene algo que decir y claramente no la dejan intervenir? ¿Su voz era muy aguda?, ¿el sombrerito pequeño le impedía imponerse?, ¿tal vez las perlas de su collar que la mostraban como una dama conservadora privilegiada?
Sinceramente no lo sé, pero claramente se observa la trasmutación de este personaje de ser una "conserva" latosa a una mujer admirada, votada y ganadora con amplia mayoría. Son esas cosas que suceden y uno no sabe explicar muy bien el por qué. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Fuí a verla con escepticismo pensando que iba a ser un juego de buen maquillaje y una buena interpretación. Salí del cine impresionada. Mantenerse fiel a los ideales no es fácil para la izquierda, pero tampoco lo es para la derecha. Creo que se viene otro Oscar para Meryl Streep.