Parecía imposible que alguien como Clint Eastwood pudiera en su faceta de director volcarse con los torrentes emocionales que presenta en sus películas. Unas películas cargadas de una emotividad y un realismo únicos como pocos que hacen su cine uno de los mejores del cine contemporáneo. Mystic river no es más que otra demostración de su saber hacer, y no solo eso, si no que puede ser considerada por muchos como la mejor de todas sus producciones.
Todo esta a la altura, por no decir que la sobrepasa. Las actuaciones son meritorias de los premios recibidos, un inolvidable Sean Penn clamando por su hija y el mejor de los Tim Robbins así como un solvente Kevin Bacon moviéndose en un escenario inmejorable. Son sin duda ingredientes perfectos para convertir esta película en una de las mejores en su género.
La música fluye durante toda la película sin entorpecer la historia principal, sin quitarle protagonismo, simplemente se percibe y acompaña en todo momento a las sensacionales actuaciones y a la inigualable dirección de Eastwood. Suma de factores que sinérgicamente actúan y que terminan en un grandioso final, con una tensión como jamás se había visto en la historia del cine.
Indispensable e inigualable.