Nunca he llegado a saber si entendí bien el mensaje de la película porque, entre otras cosas, la vi en versión original, sin embargo lo que a mi me quedó me gustó y creo que es muy propio de directores como Kusturica o Tim Burton: cuando alguien ocupa un lugar en la sociedad que no le corresponde por cuestiones naturales (la edad fundamentalmente) los resultados pueden ser cuando menos desastrosos (o bien porque se estará engañando a sí mismo o bien porque no podrá soportarlo humanamente, lo cual le llevará a un replanteamiento de su sentido en la vida y, en último término, a la muerte autoinducida). El dualismo entre las dos mujeres de la película hace que en ocasiones parezcan la misma, sin embargo son dos, sólo que con papeles vitales invertidos, el juego dialéctico que se monta en torno a ambas es de lo más interesante y ofrece reflexiones sin precio. ¿Puede alguien llegar a dejar de soñar para siempre? ¿Puede alguien llegar a aterrarse a causa de los sueños, algo tan necesario para el ser humano? Estas son algunas de las preguntas que me planteó esta película.