Un país con un fuerte desarrollo económico. Un sistema monárquico autocrático, ya en retroceso. Un gobernante tal vez anacrónico, poco capacitado intelectualmente, represivo e incompetente con frecuencia, pero honesto y con buenas intenciones. Una autocracia que permitía la existencia de una Duma(Parlamento) con todos los partidos importantes representados, de la extrema izquierda a la extrema derecha. Grandes estadistas, como Stopylin y White. Una guerra impopular que se prolongó durante años.Una revolución que derrocó al zar. Un gobierno democrático titubeante que no supo estar a la altura de las circunstancias. Un golpe de estado, llamado revolución, financiado con dinero alemán llevo al poder al más minoritario de los partidos de la extrema izquierda rusa, una secta criminal dirigida por el asesino fanático Lenin.