Lo crean o no, pagué unas 500 pesetas de la época principio-noventera (lo que valía un menú del día en mi querido Damm2000 en la Calle Tomás Morales de Las Palmas de Gran Canaria en mi época de estudiante, y es que ni siquiera fui en el Día del Espectador), para ir a babear al cine con las curvas de Erika Eleniak, por entonces una de mis musas, salida de las aguas maravillosas de las pajas...estooo, playas de Californicar...estoooo, California en "Baywatch".

La decepción no fue la cagarrapastrosa mierda que me tragué, totalmente previsible incluso en mi jovencísima mente llena de ilusión y creyente absoluta de que lo que ofrecían en el cine siempre debía entretener. La decepción, y recalco, enorme decepción, fue comprobar que a Mrs. Eleniak no se le viese más el escote y el culo en ninguna escena. Y ya que decidían meter a una estrella de la música como Dolly Parton en esta babosada, hubiese preferido un cameo de Iggy Pop, metiéndole mano a la linda suequita en el cobertizo y cantando "la la la la lalalala laaaaaaa (Música de "The Passenger").

No perdáis el tiempo en esta truñada de diplodocus. Casi es preferible que acompañéis a vuestra chati a una peluquería de tías y cojáis el Hola para entreteneros...y de paso escuchéis los marujeos de vuestra ciudad, claro. Es muchísimo más instructivo.