Cuando una película se hace, fotograma a fotograma, con un amor artesanal que trasciende cualquier fin económico o comercial, suele pasar que el resultado sea una de esas obras maestras relativamente escondidas que ganan enteros a medida que pasan los años y las décadas. Cientos de efectos digitales paridos por ordenatas del tamaño de la Nostromos, desgraciadamente habituales y desproveedores a las películas de toda personalidad propia, jamás de los jamases podrán superar este "tour de force" técnico sin parangón en la historia del cine, que nos hizo a muchos entender mucho mejor qué es un ordenador y como funciona.

"Tron" es uno de esos milagros que permanecen vigentes hoy en día y que deja en ridículo a mastodónticos y megalómanos proyectos arrasataquillas. "Tron" es una muestra más de la dedicación entusiasta de un equipo en pro de una epopeya fílmica. "Tron" es, en definitiva, una enorme historia con enormes actores: no olvidemos que Jeff Bridges y el gran David Warner están pletóricos, con unos Bruce Boxleitner y una Cindy Morgan grandiosos en su sencillez.

Dos recomendaciones en el spoiler: