Bonita historia con moralina de las bondades de la Iglesia Católica, en la que se nos presenta la doble interpretación de la enseñanza y de como afrontar los problemas en el seno de esta institución, por un lado la creencia de la intervención divina única y hacedora de todo bien y por el otro, que además el hombre tiene que poner su granito de arena. Las interpretaciones de Bing Crosby y de Ingrid Bergman que encarnan ambas filosofias son esplendidas. La película tiene un buen ritmo acrecentado al final que nos deja con una agradable resolución a los problemas de Santa María y en los que tienen que participar ambas posturas. Repito bonita historia y como siempre Ingrid está bellísima hasta de monja.