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España España · Murcia
Voto de Jabi:
9
Drama Robert Stroud es un preso conflictivo que ha sido condenado a cumplir una pena de doce años en una celda incomunicada. Un día decide cuidar a un pájaro herido que encuentra en la ventana de su calabozo y, entonces, descubre que su verdadera vocación es el estudio de las aves. (FILMAFFINITY)
6 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la vida de Robert Stroud "El hombre de Alcatraz" es un enérgico alegato en contra del castigo como fórmula de rehabilitación. El caso de Stroud fue un magnífico ejemplo de como el cumplimiento de las reglas carcelarias no fomenta de por si valores, o conductas, y de como incluso puede impedir el desarrollo del individuo y atentar contra su dignidad, siendo únicamente una aplicación de normas, en muchas ocasiones recubiertas de prejuicios e intolerancia, que tienen su origen en la venganza (en forma de condena/castigo), quedándose en un una mera reparación de daños (algo subjetivo que ni resarce emocionalmente a las víctimas, ni motiva al cambio en quien los produce) y obviando la recuperación en lo que de humanidad y desarrollo de la potencialidad de capacidades tiene toda persona. En este sentido "El hombre de Alcatraz" es una de las mejores muestras sobre pedagogía de rehabilitación que ha dado el cine.

De todos los convictos que pasaron por la que ha sido la prisión más importante de los Estados Unidos, Stroud fue el que dejó mayor huella. En 1909 fue condenado a 12 años por matar a un hombre que increpaba a una prostituta. Más tarde, en la prisión de la isla de MacNeill, apuñaló a un presidiario en medio de una reyerta, incidente por el que será trasladado a la prisión de Loavenmorth en 1912. Stroud se volvió un hombre huraño, irascible y violento, y en sus enfrentamientos acabó matando a un guardia. Así fue como llegó al penal de Alcatraz en el que debería permanecer aislado hasta el día en que le ahorcaran.

Contando con el único apoyo de su aguerrida madre, logra que le sea conmutada la condena por la de cadena perpetua, y cuando ya se resignaba a pasar su vida viendo exclusivamente los rostros de sus carceleros, un gorrión, a punto de morir bajo la lluvia, despertó su adormecido sentimiento de solidaridad. A partir de aquí su historia traspasó los muros de la prisión convirtiéndose en una de las más conocidas alegorías de superación personal y condena de los regímenes penitenciarios.

"El hombre de Alcatraz" contribuyó a extender su leyenda. Fue un film a contracorriente (no hay escenas de mafiosos, de violencia o intentos de fuga) que cosechó un gran éxito a pesar de sus problemas de producción (el director inicial Charles Crichton -"Un pez llamado Wanda" 1988- abandonó el rodaje y su sustituto John Frankenheimer -"El mensajero del miedo" 1962, "Siete día de mayo" 1964, "El tren" 1964...- sostuvo enormes diferencias con el protagonista, Burt Lancaster) de las que finalmente, por suerte, supieron encontrar el tono de la narración huyendo de maniqueísmos y juicios preconcebidos, dotándola de la intriga y sensibilidad necesaria para convertirla en uno de los mejores dramas carcelarios del 7º arte.
Jabi
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