Sin grandes sobresaltos transcurre este thriller ochentoso que solo se justifica verlo por la presencia de Burt Reynolds, que sin que haga nada extraordinario, logra hacer que un film anodino al menos valga la pena ver. La trama se centra en la llegada, casi de casualidad, de un exasesino de la CIA que quiere retirarse, a un remoto pueblo en donde todo es dominado por un temible millonario que planea adueñarse con las tierras del mismo. Así como no podría ser de otra manera, se verá involucrado y desatará un vendaval de violencia como es de esperar en estos casos. Dentro de las actuaciones encontramos a Burt Reynolds, que no se si era buen actor, lo que si estoy seguro es que tenia carisma y con eso le bastaba para mejorar cualquier producto en el que apareciera, también en en papeles menores actúan correctamente Cliff Robertson y Lauren Hutton.