No es la primera vez que como director Clint Eastwood tomó como base de un film un caso real, ni tampoco la muy buena sensación que deja al espectador luego de verla. Aquí se centra en la vida de Richard Jewell un devenido guardia de seguridad de un festival con algún pequeño retraso mental, sumamente respetuoso, conocedor de la ley, cuyo casi único objetivo en la vida es ser policía y seguir el mandato de proteger y servir. Este tiene una acción heroica en un atentado salvando cientos de personas, pero la cuestión cambia pasando de héroe a villano cuando el periodismo mas el FBI comienzan a ver en él un presunto culpable. La historia esta muy bien contada, los personajes minuciosamente retratados por un Eastwood siempre vigente, cuyo principal atributo es, mas allá de la historia, la elección de los actores quienes cumplen a la perfección sus papeles. Párrafos especiales para el trío principal Paul Hauser (el personaje principal), Sam Rockwell (perfecto y convincente) y Kathy bates (como la abnegada madre). Para ver.