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Voto de el hombre del coco:
10
8.9
140,256
Drama
Continuación de la historia de los Corleone por medio de dos historias paralelas: la elección de Michael como jefe de los negocios familiares y los orígenes del patriarca, Don Vito Corleone, primero en su Sicilia natal y posteriormente en Estados Unidos, donde, empezando desde abajo, llegó a ser un poderosísimo jefe de la mafia de Nueva York. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se podía mejorar El Padrino? Lo que parecía imposible se hace y de qué manera. Las dos películas funcionan individualmente pero a la vez son una sola película.
Coppola consigue lo que no pudo hacer en la primera parte de la saga de los Corleone y vaya forma de hacerlo. Control total de la producción y con el dinero necesario sí que pudo hacer la película que quería hacer… La película que quería hacer pese a no querer hacerla (las tres películas las hizo por problemas económicos, pero él quería huir de esta clase de cine).
Cierto, Coppola no quería saber nada de El Padrino pero una vez que estás solo queda una opción y es personalizar la historia y la película y llevarla a tu terreno y es lo que hizo Coppola. Y como en la primera parte no vemos realmente una película sobre la mafia, vemos una película sobre como un hombre convierte su vida en una tragedia y, paralelamente, vemos como su padre haciendo lo mismo consigue exactamente el resultado inverso.
Vemos en esta ocasión un Michael que poco a poco abandona sus costumbres italianas y cada vez la familia está más integrada en la sociedad americana (en la primera película los políticos y jueces escriben por carta para decir que no pueden ir a la boda de la hija del Don, pero aquí el senador Pat Geary de Nevada está presente en el bautizo de Anthony Corleone y donde se escuchaban tarantellas ahora solo se escucha música americana); y es la pérdida de las raíces y el conservar el poder a costa de todo lo que pierde a Michael.
Todo está cuidadísimo en la película y se utiliza una historia original (la parte de Michael) y la novela de Puzo (la historia de Vito) y el paralelismo entre las dos historias hace más grande a la película. Los triunfos de Vito y su éxito personal es incuestionable, pero los éxitos de Michael vienen acompañados por fracasos personales. De hecho Coppola siempre ha dicho que en El Padrino parte II en la parte final hay un total de cuatro muertes, tres físicas y otra moral. Las físicas, los asesinatos, todas ruines (un viejo moribundo y las otras dos no las digo porque ya rozaría un spoiler que quien no haya visto la película no merece); la moral, Michael por todos sus crímenes y sus pecados. Pero todo hecho con una maestría impecable. Se masca cierto aroma de tragedia griega, de Shakespeare, que es hipnótico.
Y qué decir de los actores. De Niro hizo lo imposible: hizo olvidar a Brando (quien hasta el día antes de rodar una escena, por cierto, se esperaba que participara en la película pero diferencias económicas lo impidieron); Pacino se sale totalmente pero es que Cazale se come la pantalla en cada escena que aparece (¿alguien puede olvidar el famoso “sé que fuiste tú, Fredo, me rompiste el corazón, me rompiste el corazón” o la escena en la lago Tahoe, en la casa, en la que le avisa que ya no es ni su hermano ni su amigo ni siquiera un conocido? ¿y alguien puede olvidar la escena entre Pacino y Morgana King, la mamma, cuando conversan en italiano y le confiesa su miedo a “perdere tutta la famiglia” a lo que ella le responde que eso nunca ha pasado y Michael sentencia con un contundente “i tempi cambi” y luego se funde la imagen del joven Vito sobre la de Michael? ¿y la escena entre Pacino y Keaton después de su victoria contra la comisión que le investiga y Kay le golpea donde más le duele para luego ser Michael quien golpee con una inusual violencia física?). Diane Keaton está estupenda también (imborrable el portazo final que recibe de Michael) pero dejo un apartado aparte para Duvall y el gran descubrimiento de la película, Michael V Gazzo (Frankie Pentagelli) que logró hacer olvidar a Richard Castellano (Clemenza). Y con ellos dos otra mítica escena: al final de la película cuando va a visitarle y fuman los dos un puro y, sí, la historia de las legiones romanas. Y luego Talia Shire y la tremenda evolución de su personaje: un pendón al principio de la película y luego el nexo que intenta coser la familia.
(sigo en la zona spoiler por faltarme espacio)
Coppola consigue lo que no pudo hacer en la primera parte de la saga de los Corleone y vaya forma de hacerlo. Control total de la producción y con el dinero necesario sí que pudo hacer la película que quería hacer… La película que quería hacer pese a no querer hacerla (las tres películas las hizo por problemas económicos, pero él quería huir de esta clase de cine).
Cierto, Coppola no quería saber nada de El Padrino pero una vez que estás solo queda una opción y es personalizar la historia y la película y llevarla a tu terreno y es lo que hizo Coppola. Y como en la primera parte no vemos realmente una película sobre la mafia, vemos una película sobre como un hombre convierte su vida en una tragedia y, paralelamente, vemos como su padre haciendo lo mismo consigue exactamente el resultado inverso.
Vemos en esta ocasión un Michael que poco a poco abandona sus costumbres italianas y cada vez la familia está más integrada en la sociedad americana (en la primera película los políticos y jueces escriben por carta para decir que no pueden ir a la boda de la hija del Don, pero aquí el senador Pat Geary de Nevada está presente en el bautizo de Anthony Corleone y donde se escuchaban tarantellas ahora solo se escucha música americana); y es la pérdida de las raíces y el conservar el poder a costa de todo lo que pierde a Michael.
Todo está cuidadísimo en la película y se utiliza una historia original (la parte de Michael) y la novela de Puzo (la historia de Vito) y el paralelismo entre las dos historias hace más grande a la película. Los triunfos de Vito y su éxito personal es incuestionable, pero los éxitos de Michael vienen acompañados por fracasos personales. De hecho Coppola siempre ha dicho que en El Padrino parte II en la parte final hay un total de cuatro muertes, tres físicas y otra moral. Las físicas, los asesinatos, todas ruines (un viejo moribundo y las otras dos no las digo porque ya rozaría un spoiler que quien no haya visto la película no merece); la moral, Michael por todos sus crímenes y sus pecados. Pero todo hecho con una maestría impecable. Se masca cierto aroma de tragedia griega, de Shakespeare, que es hipnótico.
Y qué decir de los actores. De Niro hizo lo imposible: hizo olvidar a Brando (quien hasta el día antes de rodar una escena, por cierto, se esperaba que participara en la película pero diferencias económicas lo impidieron); Pacino se sale totalmente pero es que Cazale se come la pantalla en cada escena que aparece (¿alguien puede olvidar el famoso “sé que fuiste tú, Fredo, me rompiste el corazón, me rompiste el corazón” o la escena en la lago Tahoe, en la casa, en la que le avisa que ya no es ni su hermano ni su amigo ni siquiera un conocido? ¿y alguien puede olvidar la escena entre Pacino y Morgana King, la mamma, cuando conversan en italiano y le confiesa su miedo a “perdere tutta la famiglia” a lo que ella le responde que eso nunca ha pasado y Michael sentencia con un contundente “i tempi cambi” y luego se funde la imagen del joven Vito sobre la de Michael? ¿y la escena entre Pacino y Keaton después de su victoria contra la comisión que le investiga y Kay le golpea donde más le duele para luego ser Michael quien golpee con una inusual violencia física?). Diane Keaton está estupenda también (imborrable el portazo final que recibe de Michael) pero dejo un apartado aparte para Duvall y el gran descubrimiento de la película, Michael V Gazzo (Frankie Pentagelli) que logró hacer olvidar a Richard Castellano (Clemenza). Y con ellos dos otra mítica escena: al final de la película cuando va a visitarle y fuman los dos un puro y, sí, la historia de las legiones romanas. Y luego Talia Shire y la tremenda evolución de su personaje: un pendón al principio de la película y luego el nexo que intenta coser la familia.
(sigo en la zona spoiler por faltarme espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Y qué cose toda la trama? La historia del Don original, la trama de Don Vito, del joven De Niro. Y el contaste entre las dos familias, una en la que se sientan todos los hijos en la mesa para recibir al jefe de la familia por su cumpleaños y otra en la que Michael vive solo, totalmente solo, resulta tan dramático. Porque sí, la saga del Padrino es un drama. Y es cine. Cine puro.
¿Alguien piensa que me he olvidado de Lee Strasberg? No amigos, no. Muchos no le conocerán porque este hombre no hacía casi películas, pero era uno de los maestros de actores como Brando, Pacino, Redford y muchos otros (que le pregunten sino al gremio por “el método”).
El Padrino parte II es una de esas películas donde se juntan muchos factores y además sale todo bien.
Veamos, Gordon Willis repite un espléndido trabajo de fotografía y consigue un cromatismo fantástico y muy diferente (para Sicilia, para Nueva York, para Cuba o para Las Vegas y él y Coppola consiguen crear un frío ambiente para la vuelta de Michael a Tahoe después de su viaje a Cuba y quien vea la película sabrá porqué). Luego Carmine Coppola aumenta su colaboración musical y Nino Rota se sale repitiendo la banda sonora y con una gran aportación (el tema The Inmigrant).
Y casi finalmente, como se confirma en El Padrino parte III, mientras más arriba más podrido está todo. Así, Michael nunca podrá limpiar el nombre de la familia.
Y ahora sí finalmente, Coppola después de El Padrino estaba tan fuerte que se pudo permitir exigencias a la Paramount: total libertad hasta para el título de la película (afirmó que o utilizaba la coletilla de parte II o no había película y vamos si la hubo). Con la tercera parte eso ya no pasó, pero esos fueron tiempos diferentes (sino miren que Coppola en el 74 estrena no solo El Padrino parte II, sino también La conversación: Coppola compitió contra él mismo en los Oscar de ese año y además siendo una de las películas una secuela). Pero claro, todo este éxito tiene una explicación lógica: EL PADRINO PARTE II ES LA MEJOR PELÍCULA JAMÁS RODADA.
¿Alguien piensa que me he olvidado de Lee Strasberg? No amigos, no. Muchos no le conocerán porque este hombre no hacía casi películas, pero era uno de los maestros de actores como Brando, Pacino, Redford y muchos otros (que le pregunten sino al gremio por “el método”).
El Padrino parte II es una de esas películas donde se juntan muchos factores y además sale todo bien.
Veamos, Gordon Willis repite un espléndido trabajo de fotografía y consigue un cromatismo fantástico y muy diferente (para Sicilia, para Nueva York, para Cuba o para Las Vegas y él y Coppola consiguen crear un frío ambiente para la vuelta de Michael a Tahoe después de su viaje a Cuba y quien vea la película sabrá porqué). Luego Carmine Coppola aumenta su colaboración musical y Nino Rota se sale repitiendo la banda sonora y con una gran aportación (el tema The Inmigrant).
Y casi finalmente, como se confirma en El Padrino parte III, mientras más arriba más podrido está todo. Así, Michael nunca podrá limpiar el nombre de la familia.
Y ahora sí finalmente, Coppola después de El Padrino estaba tan fuerte que se pudo permitir exigencias a la Paramount: total libertad hasta para el título de la película (afirmó que o utilizaba la coletilla de parte II o no había película y vamos si la hubo). Con la tercera parte eso ya no pasó, pero esos fueron tiempos diferentes (sino miren que Coppola en el 74 estrena no solo El Padrino parte II, sino también La conversación: Coppola compitió contra él mismo en los Oscar de ese año y además siendo una de las películas una secuela). Pero claro, todo este éxito tiene una explicación lógica: EL PADRINO PARTE II ES LA MEJOR PELÍCULA JAMÁS RODADA.