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España España · Córdoba
Voto de Ziryab:
5
Ciencia ficción. Aventuras Último capítulo de la trilogía de precuelas de Star Wars, en el que Anakin Skywalker definitivamente se pasa al lado oscuro. En el Episodio III aparece el General Grievous, un ser implacable mitad-alien mitad-robot, el líder del ejército separatista Droid. Los Sith son los amos del lado oscuro de la Fuerza y los enemigos de los Jedi. Fueron prácticamente exterminados por los Jedi hace mil años, pero esta orden del mal sobrevivió en la clandestinidad. (FILMAFFINITY) [+]
9 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los 90, para justificar las precuelas de La Guerra de las Galaxias, Lucas se inventó eso de que la historia original había sido concebida realmente en nueve entregas de las que en su día decidió rodar -¡ojito con esto!- sólo las tres centrales -ni las primeras ni las últimas: ¡las de enmedio!-, pero lo que tiene toda la pinta de ser lo cierto es que, quince años después del boom de Star Wars, se le antojó seguir estrujando la gallina de los huevos de oro (que en ello sigue). O quizá en el mejor de los casos le apetecía dirigir de nuevo y sabía dos cosas: una, que nada nuevo que creara se acercaría ni remotamente a la magia y el éxito de La Guerra de las Galaxias (Lucas es el arquetipo de creador engullido por su criatura; Lucas es La Guerra de las Galaxias y ya está); y dos, que ya no tenía la imaginación que le hizo crear aquello (esto se pudo comprobar nada más ver las nuevas entregas). En su empeño no le importó incluso manipular a la criatura original y añadirle detalles que sostuvieran su patraña, enervando a quienes -como es mi caso- amaban aquellas películas sin pertenecer ni por asomo a la legión de enceguecidos fanáticos seguidores de Star Wars: añadió el membrete ridículo de "episodio tal o cual" tras cada título, rebautizó con subtítulos las películas originales (La Guerra de las Galaxias pasó a ser Una Nueva Esperanza y El Retorno del Jedi se tituló Star Wars Episodio VI) y remasterizó las viejas películas llenándolas con nuevos efectos digitales, añadiendo lamentables morcillas a los diálogos y -lo peor de todo- llegando a usar los efectos especiales para sustituir de manera imperdonable a un actor por otro en El Retorno del Jedi (Sebastian Shaw por Christensen en la escena final en la aldea Ewok). A la nueva hornada de adolescentes starwarsmaníacos estas cosas le encantarían, pero al cinéfilo que en su infancia descubrió la magia del cine con títulos como los de Lucas y que valoraba esas películas por su ingenuidad sin complejos y su imaginación desbordante esto le abría las carnes. Y además le revelaba una verdad: Lucas demostraba ser más un magnate de la industria que un creador. Y peor: demostraba no tener ningún respeto por su creación.
Entrando en las nuevas películas, en materia estrictamente artística, el resultado fue un mamotrero de abrumantes efectos especiales que suplían con fuegos de artificio la total ausencia de interés. Ni rastro de aquella ingenuidad sin pretensiones que dió autenticidad a aquellas primeras películas y que revolucionó el Cine a finales de los 70. En las nuevas películas todo es pretencioso, artificial, hueco. Se asiste al anacronismo tremendo de ser el de las nuevas películas un mundo mucho más avanzado tecnológicamente que el de las anteriores (todo son droides, armas nuevas y edificios descomunales), aun cuando cuentan una historia anterior en el tiempo. Las tramas que mueven estas tres nuevas películas -las dos primeras, al menos- son insípidas y aburridas hasta decir basta. Los nuevos personajes, tristes émulos de los originales, no pasan de ser muñecos sin alma de cualquier castillo de feria (es odioso comparar a Jar Jar Binks con C3P0 o a Darth Maul con Darth Vader). Y la historia original empieza a recibir explicaciones que no eran en absoluto necesarias y que incluso redibujan a viejos personajes que estaban perfectamente definidos (no hay por qué justificar la maldad de Darth Vader; Darth Vader era malo, y punto).
Las dos primeras películas de la nueva trilogía no merecen mayor comentario. La tercera quizá sí. Sin ánimo de compararla con ninguna de la serie original, es sin duda la mejor de la nueva serie, y lo es por la sencilla razón de que en ella se entronca ya directamente con la historia original y porque aparecen al fin los grandes personajes de la saga: Darth Vader y, si bien sólo como bebés, Luke y Leia. La presentación de Vader en su mítico uniforme, como si de un Frankenstein sideral se tratase, es un destello de genialidad. Y la acción por fin acompaña a los efectos especiales poniéndolos a su servicio, y no al revés. No diré que esta película justifica la trilogía, pero de manera puntual devuelve a la historia destellos de su fulgor primitivo.
Ziryab
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