“El hombre lobo” es el punto final del cine clásico de terror de la Universal, y al mismo tiempo el principio de otro que surgió más cercano a la serie B que se prolongaría durante toda la década. Podemos ver por tanto la botella media llena o medio vacía. Como final, es la peor del grupo, pero como inicio de algo, es la mejor de ellas. Ustedes eligen.

Hay un tema interesante que me gustaría tocar, el de Lon Chaney Jr. Un pésimo actor, uno de los cinco casos más flagrantes de enchufe en la historia del cine norteamericano. Sin embargo en esta película me viene perfecta su actuación. La historia trata sobre un caradura, un vividor, amigo de juergas y con un radar para las faldas y bastante tocado del ala. Lo que era él. Falta el alcohol. Ese es el hijo del noble inglés que se acaba por convertir en hombre lobo. Yo no me imagino a Boris Karloff para este papel, había que haber cambiado todo el guión.

La película luego tiene otra virtud, y es que cuando la ves, contemplas el nacimiento del psicokiller, de ese asesino en serie que hemos visto en innumerables películas actuales. Tiene mucho de cine policiaco e incluso de psicoanálisis tan de moda en los 40.

Gran fotografía, uno de sus puntos fuertes y sobre todo que es realmente entretenida, no me extraña que fuera la película de la Universal que más espectadores llevó a los cines ese año. Eso sí, no esperemos asustarnos con esto hoy en día.

Por todo ello “El hombre lobo” entraría en la categoría de clasiquillo, defínanlo cada uno como gusten.

Nota; 6,4.