Rambo volvió, pero ya no era el mismo. Ahora ya no se limitaba a amenazar como antes y disparar a las cristaleras de los escaparates. No, ahora lo hace a los pechos de los comunistas amarillos y estos explotan en mil pedazos.

Estos tipos de películas tienen siempre una doble lectura y valoración. Si como creación de género de acción, es brillante, entre las mejores de los años ochenta, con un ritmo trepidante y con una facilidad para el montaje limpio sin estridencias muy raro de ver en este tipo de aventuras, obra de un director decente en lo suyo como es George Pan Cosmatos, que incluso tiene un par de películas interesantes en su filmografía, demuestra que más allá del guión se puede entretener con imágenes, aunque estas tengan poco diálogo y un contenido moralmente inaceptable.

Otro acierto de la película es un cierto sabor a clásico a pesar de estar dirigida a adolescentes. La fotografía de Jack Cardiff (“Los vikingos”, “La reina de África, “Guerra y paz”) es notable y transmite un desasosiego y belleza en cada fotograma. Igual que la música de Jerry Goldsmith, que es acertada y recordada.

Todo ello hace que en general la saga de Rambo haya envejecido mucho mejor que otras de la época, que la mayoría de las de Schwarzenegger, “Comando”, por ejemplo.

Repito que como película pura de acción está no cabe duda entre las mejores de los años ochenta, y es infinitamente mejor que lo que se hace ahora en su género, otra cosa es el mensaje, que es lamentable.

En toda la película Rambo mata más gente que en toda su vida militar anterior, y lo hace además de forma salvaje, muy alejado de lo que viene a ser un profesional de las armas, este sujeto es un heterodoxo del crimen de Estado, un engendro entre Jack el Destripador, Jack La Motta y un etarra.

Hasta los soviéticos tuvieron que sacar una película en forma de “respuesta” a Rambo. No fue suficiente. Stallone es sin lugar a dudas uno de los veinte norteamericanos que más contribuyó a la caída del comunismo. Por eso le odian. Pero su cine sin complejos sigue siendo lo mejor dentro de su campo. Nos guste o no.