Excelente visión de "The Punisher, uno de los personajes más célebres de la Marvel Comics, concebida a finales de los 80 (década en la que el cine de acción alcanzó cotas de calidad muy admirables) a cargo de afamado montador como fue y es Mark Goldblatt.

El primer y más destacable acierto, aunque pese a muchos, es la elección de Dolph Lundgren como Frank Castle. Las limitaciones como actor de Lundgren vienen como anillo al dedo a la película, donde esa inexpresividad, acompañada de secas y punzantes miradas de odio, junto a la sobredosis de testosterona, hacen que este Frank Castle aquí sea el vengador que muchos vimos en los cómics. Lundgren ofrece todo un derroche de carisma acompañado del pesimismo y heroicidad que el personaje necesita.

El resto de actores cumplen a la perfección. Siempre es un placer ver a un secundario mítico de esa década como fue Louis gosset Jr, y un Jeroen Krabbé aquí más villano que nunca como perfecto antagonista.

Con claras referencias a estupendos films como Yakuza o a toda la retahila de vengadores callerejos que surgieron en años anteriores, Goldblatt construye un film sencillo pero directo, sin pretensiones grandeza (que es el error en el que caen practicamente todas las adaptaciones de cómics actuales) y de una realización sobria, especialmente palpable en las escenas de acción, muy "eighties" lo que nos hace recordar que grandes películas de acción se hacían por entonces.

Con un toque oscuro y muy pesimista, que nos ayuda a adentrarnos más en la personalidad de Castle, la película cumple de sobra, convirtiéndose en un clásico del género y probablemente una de las mejores adaptaciones cómics que la Marvel tenido.