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Estados Unidos Estados Unidos · Jefferson, Yoknapatawpha County
Voto de Pabloski:
8
7.8
5,211
Documental Extraordinaria historia del viaje de Bob Dylan desde sus raíces en Minnesota hasta la época de sus comienzos en los cafés del Greenwich Village, pasando por su sonada ascensión al estrellato del pop en 1966. Joan Baez, Allen Ginsberg y otros comparten sus pensamientos y sentimientos sobre el joven cantante que cambiaría para siempre la música popular. Incluye entrevistas exclusivas y, además, secuencias y actuaciones inéditas. (FILMAFFINITY) [+]
23 de abril de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas no cabe duda alguna de que Bob Dylan es uno de los cantantes más influentes del siglo actual (desde canciones tan famosas como "Knockin' On Heaven's Door" hasta la algo menos famosa "Just Like Tom Thumb's Blues" lo demuestran); su lírica es bonita, sus acordes impresionantes y su lírica vibrante. Y hasta aquí estaría más que bien, pero si encima el director lo aprovecha para revisitar la historia del folk y el blues (con Hank Williams, Muddy Waters o el genial Woody Guthrie) y echar una ojeadilla a otros estilos musicales bastante influyentes (el folk irlandés con Liam Clancy de los Clancy Brothers o la música protesta de Joan Baez) para su documental, que no nos engañemos, es una oda sin paliativos a la música. Y no sólo se queda aquí, sino que además Scorsese se documenta; y lo hace desde el lado de las entrevistas y el de los documentos audiovisuales. Y el resultado es un genial y entretenido documental; pese a que supera los 200 min. (Recomendable verlo en partes).

Pero no todo el monte es orégano y, es una lástima, no todo el documental es bueno. Dylan es un gran cantante, compositor y poeta; eso está claro. Pero el problema surge cuando el documental pretende ahondar en su personalidad, y es que Dylan probablemente ya la haya perdido; después de tantos años de fingirse un joven despreocupado y rebelde, enterrando al cantante de folk a lo Guthrie. Y es que ese egoncentrismo y la sarta de estúpideces que llega a soltar durante el documental (no sólo en las entrevistas, sino también en los conciertos o en las grabaciones) hacen que si el espectador tenía alguna intención de comprender la personalidad del artista, sus ganas se deshagan por completo, y se dedique a otras tareas más fáciles y menos cabreantes, cómo por ejemplo, disfrutar de las canciones del concierto en el "Royal Albert Hall" en 1966.

Pero vamos, quitando este pequeño problema que no es un problema del director ni del cámara ni de ningún miembro del equipo, sino únicamente del mismísimo Dylan; el documental ofrece un genial recorrido por la historia de la música del siglo XX de la mano de geniales músicos como Joan Baez o Allan Ginsberg, cuya muerte en 1997 hace pensar que el documental lleva gestándose desde hace tiempo. Y, por último, no podría acabar esta crítica sin homenajear a Liam Clancy que falleció el año pasado, con una de sus mejores canciones (o más bien interpretaciones porque la canción en sí es más vieja que el No-Do): http://www.youtube.com/watch?v=Y3i66XswyiA
Pabloski
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